(Salen FINEA, dama con unas cartillas, y RUFINO, maestro )
FINEA: ¡Ni en todo el año
saldré con esa lección!
CELIA: (Aparte Nise) Tu hermana con su maestro.
NISE: ¿Conoce las letras ya?
CELIA: En los principios está.
RUFINO: ¡Paciencia, y no letras, muestro!
¿Qué es ésta?
FINEA: Letra será.
RUFINO: ¿Letra?
FINEA: Pues, ¡es otra cosa?
RUFINO: No, sino el Alba. (Aparte ¡Qué hermosa bestia!)
FINEA: Bien, bien. Sí, ya, ya;
el alba debe de ser,
cuando andaba entre las coles.
RUFINO: Ésta es k. Los españoles
no la solemos poner
en nuestra lengua jamás.
Úsanla mucho alemanes
y flamencos.
FINEA: ¡Qué galanes
van todos éstos detrás!
RUFINO: Éstas son letras también.
FINEA: ¿Tantas hay?
RUFINO: Veintitrés son.
FINEA: Ahora vaya de lición;
que yo la diré muy bien.
RUFINO: ¿Qué es ésta?
FINEA: Aquésta… no sé.
RUFINO: ¿Y ésta?
FINEA: No sé qué responda.
RUFINO: ¿Y ésta?
FINEA: ¿Cuál? ¿Ésta, redonda?
¡Letra!
RUFINO: ¡Bien!
FINEA: ¿Luego, acerté?
RUFINO: ¡Linda bestia!
FINEA: ¡Así, así!
Bestia, ¡por Dios!, se llamaba;
pero no se me acordaba.
RUFINO: Ésta es erre, y ésta es i.
FINEA: Pues, ¿si tú lo traes errado…?
NISE: (Aparte ¡Con qué pesadumbre están!)
RUFINO: Di aquí: b, a, n; ban.
FINEA: ¿Dónde vas?
RUFINO: ¡Gentil cuidado!
FINEA: ¿Que se van, no me decías?
RUFINO: Letras son. ¡Míralas bien!
FINEA: Ya miro.
RUFINO: B, e, n; ven.
FINEA: ¿Adónde?
RUFINO: ¡Adónde en mis días
no te vuelva más a ver!
La dama boba
FINEA: ¿Ven, no dices? Pues ya voy.
RUFINO: ¡Perdiendo el jüicio estoy!
¡Es imposible aprender!
¡Vive Dios, que te he de dar
una palmeta!
FINEA: ¿Tú, a mí?
RUFINO: ¡Muestra la mano! (Saca una palmeta)
FINEA: Hela aquí.
RUFINO: ¡Aprende a deletrear!
FINEA: ¡Ay, perro! ¿Aquesto es palmeta?
RUFINO: Pues, ¿qué pensabas?
FINEA: ¡Aguarda!…
NISE: ¡Ella le mata!
CELIA: Ya tarda
tu favor, Nise discreta.
RUFINO: ¡Ay, que me mata!
NISE: ¿Qué es esto?
¿A tu maestro…?
FINEA: Hame dado
causa.
NISE: ¿Cómo?
FINEA: Hame engañado.
RUFINO: ¿Yo, engañado?
NISE: ¡Dila presto!
FINEA: Estaba aprendiendo aquí
la letra bestia y la ca…
NISE: La primera sabes ya.
FINEA: Es verdad, ya la aprendí.
Sacó un zoquete de palo
y al cabo una media bola;
pidióme la mano sola
—¡mira que lindo regalo!—,
y apenas me la tomó,
cuando, ¡zas!, la bola asienta,
que pica como pimienta,
y la mano me quebró.
NISE: Cuando el discípulo ignora,
tiene el maestro licencia
de castigar.
FINEA: ¡Linda ciencia!
RUFINO: Aunque me diese, señora,
vuestro padre cuanto tiene,
no he de darle otra lección. (Vase RUFINO )
CELIA: ¡Fuése!
NISE: No tienes razón.
Sufrir y aprender conviene.
FINEA: Pues, ¿las letras que allí están,
yo no las aprendo bien?
Vengo cuando dicen ven,
y voy cuando dicen van.
¿Qué quiere, Nise, el maestro,
quebrándome la cabeza
con ban, bin, bon?
CELIA: (Aparte ¡Ella es pieza de rey!)
NISE: Quiere el padre nuestro
que aprendamos.
FINEA: Yo ya sé
el Padrenuestro.
NISE: No digo
sino el maestro; y el castigo
por darte memoria fue.
FINEA: Póngame un hilo en el dedo
y no aquel palo en la palma.
CELIA: Mas que se te sale el alma,
si lo sabe. ..
FINEA: ¡Muerta quedo!
¡Oh, Celia! No se lo digas,
y verás qué te daré.
Lope de Vega, La dama boba, Acto I, Escena V